Estamos ante una nueva generación de niños que son
“nativos tecnológicos”, desde que nacen tienen acceso a móviles
inteligentes, tabletas y ordenadores, ven a sus padres trabajar y divertirse
con ellos, y están acostumbrados a utilizarlos desde bien pequeños. Hoy en día,
los niños de dos años saben perfectamente cómo se ven fotos o vídeo
en
las tabletas o en el teléfono. Pero eso no implica que los niños tengan que
tener acceso indiscriminado a las nuevas tecnologías, o que tengan que tener
una tableta o un ordenador desde pequeños.
Los niños están inmersos en mundo tecnológico, por eso, no
podemos pretender que no tengan juegos tecnológicos, pero sí
debemos regular su uso, y no permitir que sólo jueguen con ordenadores
y videoconsolas. No olvidemos la importancia y las bondades que tienen los
juguetes tradicionales en el niño y cómo estos fomentan unos procesos
de aprendizaje que no realizan los videojuegos.
Los niños pequeños no deben jugar a videojuegos más de 30
minutos diariosLa actitud de los padres con los niños ante el uso de nuevas
tecnologías para el ocio nunca puede ser
pasiva. Los padres tienen que poner límites en su uso. Lo
ideal es que se utilice como premio, que su uso se tenga que “ganar”, siguiendo
unas pautas muy simples, para poder
utilizarlas siempre tienen que estar, por ejemplo, los deberes hechos, haber
obedecido durante el día, y no protestar cuando te mande apagarlo.
Por otro lado el tiempo debe estar siempre controlado: con
niños pequeños no más de 30 minutos diarios.
Cuando son adolescentes, también hay que seguir ejerciendo un control en cuanto
a los horarios de utilización, tiempo máximo de uso, y no dejarles acceso a
cualquier página o juego.
Conseguir esto es difícil, pues en la sociedad actual, en la
que ambos padres trabajan y en ocasiones con horarios muy extensos, el sentido
de culpabilidad afecta a muchos padres. Se sienten culpables por pasar poco
tiempo con sus hijos, y el poco rato que están con ellos, les cuesta marcar las
normas y los límites, por lo que no suelen limitar el acceso a los ordenadores
y videojuegos de sus hijos. Por eso, no olvidemos que lo importante es
la calidad del tiempo que se pasa con los hijos. Debemos recordar que
los niños necesitan normas y límites, pues aunque en un primer momento les puede costar
aceptarlas, es algo que les dará seguridad y confianza.
Pautas que deben de seguir los padres
Los niños necesitan que les marquemos las normas y los
límites, y eso implica en todos los aspectos de la vida,
si cuando son
pequeños no les dejamos ir solos por la calle, ¿por qué vamos a dejarles
navegar solos por Internet? Les hablamos mucho de los peligros de la
calle, pero no de las nuevas tecnologías.
• Hay que
informar a los niños, y controlar
el uso que hacen, tanto de tiempo, como de
tipo de
juegos y páginas que visitan.
• Debemos estar con ellos mientras juegan (sobre
todo cuando son pequeños o cuando no conozcamos el juego o la página o red
social a la que acceden).
• Pongamos el ordenador, la tabletas y otros dispositivos
electrónicos a la vista de todos, no permitamos que se encierren en su
habitación mientras lo utilizan.
La pantalla siempre tiene que
estar a la vista del adulto.
•
No permitamos que jueguen a juegos que no son de
su edad. A ningún padre se le ocurría dejar beber o fumar o ver
pornografía a su hijo, ¿por qué sí que se permite con los videojuegos? Si pone
que es
para mayores
de x años, será por algo.
• Los niños de hoy en día están inmersos en el mundo
tecnológico y las redes sociales forman
parte de
él. Pero
eso no implica que estén preparados paraellos. Muchas
veces estas herramientas se les quedan grandes y no son capaces de asumir la
responsabilidad o las consecuencias del uso de las mismas.
•
Hasta que
el niño cumpla 18 años, los padres son los responsables de todo lo que está
colgando el menor en la red, así que como responsables
que son, deben de vigilar lo que éste suba en su página. Sobre todo haciendo
especial hincapié con las fotos y la información que se suministra (que no
ponga su dirección, por ejemplo). Observar también con quién están hablando y
advertirles de los peligros de hablar con desconocidos en las redes sociales.
¿Qué pasa con los juegos tradicionales?
Los niños tienen que aprender a jugar a todo, tanto con las
nuevas tecnologías como con juegos tradicionales. Los juegos
tradicionales favorecen aprendizajes que no se consiguen con las nuevas
tecnologías. Como por ejemplo, los juegos de plastilina, los recortables,
vestir y desvestir muñecos… son buenos para trabajar las destrezas finas,
además de la paciencia del niño. Los juguetes tradicionales son importantísimos
para favorecer una correcta estimulación en edades tempranas.
Es importante que los niños jueguen en la calle con otros
niños. Cuando lo hacen, lo habitual es que no jueguen ellos solos,
sino que lo hagan con más niños, por lo que previamente al juego, tendrán que
negociar entre todos a qué van a jugar, cómo jugar, cuáles son las normas del
juego… En este proceso implicamos procesos atencionales, de negociación, y de
aceptación de unas normas y unas reglas previamente pautadas y aceptadas por el
grupo, un aprendizaje muy valioso para su futuro. Los juegos que se realizan en
la calle permiten una mayor movilidad de los niños, por lo que, además de hacer
ejercicio, se trabaja la psicomotricidad, la coordinación (juegos de saltar a
la comba, goma, mientras se canta una canción…) o el desarrollo de las
destrezas finas, como puede ser jugar con la arena. Eso sí, hay un momento para
cada cosa, no les llevemos al parque con una consola, porque si no, no
conseguiremos los objetivos comentados.